El utilizar una botella que nos guste cómo dispensador de jabón no es ninguna novedad, en la red se pueden ver muchos ejemplos, y es lo que yo pensé hacer cuando cayó en mis manos esta botella de ginebra.
Simplemente tenía que esperar a que se acabase el jabón de manos para colocar el dispensador de éste en mi botella. En este caso encaja perfectamente, igual con otras botellas hay que adaptarlo un poco., y hay que tener en cuenta también la largura del tubo del dispensador, si tenemos una botella alta, necesitaremos que tenga un tubo largo para que no se nos quede jabón inutilizado en el fondo.
Así que simplemente, lavamos la botella, la rellenamos con jabón y enroscamos el dispensador.
Para darle un toque, decidí pintar la parte del "collar" de la botella con spray plateado.
Y así ya tengo un dispensador para el Fairy de la cocina.
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